miércoles, 6 de febrero de 2013

Clasificaciones de las Estrategias de Aprendizaje.

Las estrategias de aprendizaje.


Es un procedimiento (conjunto de pasos o habilidades) que un alumno adquiere y emplea de forma intencional como instrumento flexible para aprender significativamente y solucionar problemas y demandas académicas (Díaz Barriga, Castañeda y Lule, 1986; Hernández, 1991).

Clasificaciones de las Estrategias de Aprendizaje



Intentar una clasificación consensual y exhaustiva de las estrategias de aprendizaje es una tarea difícil, dado que los diferentes autores las han abordado desde una gran variedad de enfoques. Las estrategias de aprendizaje pueden clasificarse en función de qué tan generales o especificas son, del dominio del conocimiento al que se aplican, del tipo de aprendizaje que favorecen (asociación o reestructuración), de su finalidad, del tipo de técnicas particulares que conjuntan, etcétera. En este apartado se mencionará dos clasificaciones: en una de ellas se analizan las estrategias según el tipo de proceso cognitivo y finalidad perseguidos (Pozo, 1990); en la otra se agrupan las estrategias según su efectividad para determinados materiales de aprendizaje (Alonso, 1991).

Sin embargo para su mayor comprensión se desarrolla la propuesta de Pozo (1990).


La Recirculación de la información


el cual consiste en repetir una y otra vez (recircular) la información que se ha de aprender en la memoria de trabajo, hasta lograr establecer una asociación para luego integrarla en la memoria a largo plazo. Las estrategias de repaso simple y complejo son útiles especialmente cuando los materiales que se ha de aprender no poseen o tienen escasa significatividad lógica, ocuando tienen poca significatividad psicológica para el aprendiz; de hecho puede decirse que son (en especial el repaso simple) las estrategias básicas para el logro de aprendizajes repetitivos o memorísticos (Alonso, 1991; Pozo, 1989).

Las estrategias de elaboración


suponen básicamente integrar y relacionar la nueva información que ha de aprenderse con los conocimientos previos pertinentes (Elosúa y García, 1993). Pueden ser básicamente de dos tipos: simple y compleja; la distinción entre ambas radica en el nivel de profundidad con que se establezca la integración. También puede distinguirse entre elaboración visual (v. gr., imágenes visuales simples y complejas) y verbal-semántica (v. gr., estrategia de "parafraseo", elaboración inferencial o temática, etcétera). Es evidente que estas estrategias permiten un tratamiento y una codificación más sofisticados de la información que se ha de aprender, porque atienden de manera básica a su significado y no a sus aspectos superficiales.

Las estrategias de organización


 de la información permiten hacer una reorganización constructiva de la información que ha de aprenderse. Mediante el uso de dichas estrategias es posible organizar, agrupar o clasificar la información, con la intención de lograr una representación correcta de la información, explotando ya sea las relaciones posibles entre distintas partes de la información y/ o las relaciones entre la información que se ha de aprender y las formas de organización esquemática internalizadas por el aprendiz (véase Monereo, 1990; Pozo, 1990).

Tanto en las estrategias de elaboración como en las de organización


 la idea fundamental no es simplemente reproducir la información aprendida, sino ir más allá, con la elaboración u organización del contenido; esto es, descubriendo y construyendo significados para encontrar sentido en la información. Esta mayor implicación cognitiva (y afectiva) del aprendiz, a su vez, permite una retención mayor que la producida por las estrategias de recirculación antes comentadas. Es necesario señalar que estas estrategias pueden aplicarse sólo si el material proporcionado al estudiante tiene un mínimo de significatividad lógica y psicológica.

Las estrategias de recuperación de la información


las cuales son aquellas que permiten optimizar la búsqueda de información que hemos almacenado en nuestra memoria a largo plazo (episódica o semántica).Alonso (1991) distingue dos tipos de estrategias de recuperación. La primera, llamada "seguir la pista", permite hacer la búsqueda de la información repasando la secuencia temporal recorrida, entre la que sabemos se encuentra la información que ha de recordarse. El esquema temporal de acontecimientos funciona como un indicio autogenerado, que tenemos que seguir (hacia adelante o hacia atrás) para recordar el evento de nuestro interés. La segunda, se refiere al establecimiento de una búsqueda inmediata en la memoria de los elementos relacionados con la información demandada, por lo que se denomina "búsqueda directa". La primera, se relaciona con información de tipo episódica y es útil cuando ha ocurrido poco tiempo entre el momento de aprendizaje o de presentación de la información y el recuerdo; mientras que la segunda se utiliza cuando la información almacenada es de carácter semántico y puede ser utilizada aun cuando haya ocurrido más tiempo entre los procesos mencionados.

Sin embargo Beltrán (1987) citado por Díaz y Hernández (1999) ha elaborado una clasificación exhaustiva de habilidades cognitivas en un sentido más amplio que las anteriores, y la desarrolló en función de ciertos requerimientos que debe aprender un estudiante para la realización de un estudio efectivo dentro de las instituciones educativas, y es la siguiente:

Habilidades de búsqueda de información.


• Cómo encontrar dónde está almacenada la información respecto a una materia. 
• Cómo hacer preguntas. 
• Cómo usar una biblioteca. 
• Cómo utilizar material de referencia.

Habilidades de asimilación y de retención de la información.


• Cómo escuchar para lograr comprensión. 
• Cómo estudiar para lograr comprensión. 
• Cómo recordar cómo codificar y formar representaciones. 
• Cómo leer con comprensión. 
• Cómo registrar y controlar la comprensión.

Habilidades organizativas.


• Cómo establecer prioridades. 
• Cómo programar el tiempo de forma correcta. 
• Cómo disponer los recursos. 
• Cómo conseguir que las cosas más importantes estén hechas a tiempo.

Habilidades inventivas y creativas.


• Cómo desarrollar una actitud inquisitiva. 
• Cómo razonar inductivamente. 
• Cómo generar ideas, hipótesis, predicciones. 
• Cómo organizar nuevas perspectivas. 
• Cómo emplear analogías. 
• Cómo evitar la rigidez. 
• Cómo aprovechar sucesos interesantes y extraños.

Habilidades analíticas.


• Cómo desarrollar una actitud crítica. 
• Cómo razonar deductivamente. 
• Cómo evaluar ideas e hipótesis.

Habilidades en la toma de decisiones.


• Cómo identificar alternativas. 
• Cómo hacer elecciones racionales.

Habilidades de comunicación.


• Cómo expresar ideas oralmente y por escrito. 

Habilidades sociales.


• Cómo evitar conflictos interpersonales. 
• Cómo cooperar y obtener cooperación. 
• Cómo competir lealmente.
• Cómo motivar a otros. 

Habilidades metacognitivas y autorreguladoras.


• Cómo evaluar la propia ejecución cognitiva. 
• Cómo seleccionar una estrategia adecuada para un problema determinado. 
• Cómo enfocar la atención a un problema. 
• Cómo decidir cuándo detener la actividad en un problema difícil. 
• Cómo determinar si uno comprende lo que está leyendo o escuchando. 
• Cómo transferir los principios o estrategias aprendidos de una situación a otra. 
• Cómo determinar si las metas son consistentes con las capacidades. 
• Conocer las demandas de la tarea. 
• Conocer los medios para lograr las metas. 
• Conocer las capacidades propias y cómo compensar las deficiencias.

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