viernes, 1 de marzo de 2013

El Cerebro más Grande

Cerebro con destellos de energía.
 

Todos los días, Glen McNeilI pasa de seis a siete horas por las calles de Londres en su motocicleta con un mapa sujeto al manillar. McNeilI, de 28 años de edad, busca el entrenamiento mnemotécnico -que dura años- para obtener la insignia verde que lo acredite como taxista autorizado de Londres, al igual que su padre.

Si McNeilI logra su sueño, su cerebro habrá crecido al menos una parte. El hipocampo, una estructura en forma de caballito de mar que pertenece al sistema límbico del cerebro, es crucial para muchas funciones de la memoria y el aprendizaje, incluido el procesamiento de relaciones espaciales en el medio ambiente. 

Un estudio de IRM (Imágenes por Resonancia Magnética) publicado en el año 2000 por científicos de la Universidad College, en Londres, mostró que en los taxistas londinenses la parte posterior del hipocampo estaba agrandada en comparación con la de individuos utilizados como control, lo que cuestiona la noción -sostenida por largo tiempo- de que el cerebro humano adulto no puede crecer. Pero este aumento en tejido cerebral podría no ser gratuito. 

En los taxistas, la parte frontal del hipocampo tenían en promedio un tamaño menor a lo normal; ello sugiere que el esfuerzo de construir un mapa mental de la ciudad, cada vez más detallado, ha reclutado para su causa regiones vecinas del cerebro.


Si el hipocampo puede crecer en los humanos adultos, ¿qué sucede con otras partes del cerebro? 


De acuerdo con un estudio reciente realizado en Alemania, aprender a hacer malabarismos durante tres meses dio como resultado un aumento en la cantidad de sustancia gris en dos áreas implicadas en la actividad visual y motora, Sin embargo, cuando los malabaristas recién entrenados dejaron de practicar, esas regiones se encogieron a su tamaño previo. 

Más aún, ni el estudio de los taxistas ni el de los malabaristas permitieron discernir si el aumento en el volumen cerebral se debía a una reorganización de los circuitos existentes, a un mayor número de conexiones neurales o –lo que sería más fascinante- al nacimiento de verdaderas células cerebrales nuevas, una idea que hasta hace poco se consideraba absurda. En 1998, Fred H. Gage, del Instituto Salk en La Joiia, California, mostró que realmente pueden crecer nuevas células en el hipocampo de los humanos adultos. 

Gage cree que en otros lugares del cerebro podrían existir células madre, capaces de convertirse en nuevas neuronas funcionales. Una mejor comprensión de una regeneración nerviosa como esta podría dar esperanzas para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, la de Parkinson y muchos otros trastornos cerebrales degenerativos.

Revista National Geographic en español,
“Secretos de la Mente”, marzo de 2005.

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